sábado, 15 de agosto de 2015

Reflexiones sobre el libro Comer, Rezar, Amar

Saludos estimados! En esta oportunidad quiero comentarles sobre un libro sumamente interesante de la autora norteamericana Elizabeth Gilbert. Se titula: EAT, PRAY, LOVE o en español: COMER, REZAR, AMAR.

Si tú vas a una librería y ves ese título te sorprendes, capta tu atención y es casi seguro que lo compres. En mi caso, eso pasó.

En esta novela Elizabeth Gilbert narra su búsqueda de la felicidad a través de experiencias en 3 países muy especiales: Italia, India e Indonesia. En el primer país descubre uno de los placeres más extraordinarios de todos los tiempos: Comer.

¿Podría haber elegido otro país para probar la mezcla de sabores? Quizá sí, pero Italia, además de tener buena pasta y exquisitas pizzas, tiene el italiano, un idioma que suena muy bien, que "te provoca" y te encanta".

Elizabeth decide viajar a raíz de su divorcio. Necesitaba "otros aires" y siendo una persona con múltiples conexiones, logró ir a Italia con una lista considerable de nombres de amigos de sus amigos que pudiesen mostrarle lo mejor de ese país.

En la primera parte del libro nos narra su aventura culinaria, menciona los mejores lugares para probar determinas variedades de pizza y gelatos (helados). Quién sabe si hasta hoy se mantengan esos negocios. De ser así, sería súper ir con tu pequeña guía de restaurantes extraída del primer capítulo de EAT, PRAY, LOVE.

La segunda razón por la que va a Italia es para aprender italiano. Es ese tipo de cosas que colocas en tu lista de pendientes: Aprender un nuevo idioma, conocer a Mick Jagger, ir al Rock in Río, etc. Es curioso que una persona viaje a un determinado país para aprender su idioma, por lo general vas para perfeccionarte, pero ella disfrutó todo ese proceso de aprendizaje mediante  un intercambio TANDEM (Programa de Intercambio Cultural y Lingüístico).

Yo creo que este capítulo tiene muchísimo que ver con la frase: "Solo perdiéndote, te encontraras a ti mismo"

Si tienes un enorme embrollo, un quilombo, una bronca o como desees llamarle, lo mejor es alejarte un tiempo para encontrarte a ti mismo y es mejor si decides perderte en Italia.

Italia además del placer de comer, también le brinda a la autora la posibilidad de disfrutar. Disfruta de buenos amigos, del sabor de las nuevas frases en italiano que aprendió, de la vista impresionante de Venecia, Roma, Nápoles, etc.

Resumiría ese primer capítulo con otra palabra: Sentir...

Salir de una mala relación equivale a ir muriendo poco a poco, pero cuando vuelves a disfrutar, tu corazón vuelve a latir y llega una nueva razón para vivir, sientes otra vez. Tienes un propósito.

Luego de esos 5 o 6 meses por la bella Italia, Elizabeth viaja a New York por navidad y a prepararse para su segundo viaje. Siguiente destino: India.

En India busca alcanzar el equilibrio a través de la práctica de la meditación en el ashram de su gurú.

Considero que este capítulo es el más profundo de todo el libro, porque después de cada meditación vienen a su mente pensamientos terribles, los cuales debe enfrentar.

Su facilidad de hacer amigos le permite conocer a gente de distintas partes del mundo, pero hay un personaje clave en este capítulo: Richard, el texano. El es quien le da un feedback nivel 100 cada vez que vuelve a tener sentimientos de culpa.

Es en esta parte del libro, te pones en su lugar y dices: Wow! si que es difícil callar tus pensamientos, pero es un proceso necesario para alcanzar la iluminación.

La mayoría buscamos estar en paz con nosotros mismos, perdonarnos y perdonar, porque no es bueno latigarnos y cargar con una cruz toda la vida. Elizabeth aprendió en esos meses en India a dejar ir a su pasado. Por eso considero que es una parte complicada de digerir, porque quieras o no, logras percibir sus emociones.

El segundo paso para alcanzar la felicidad es: Rezar. Trasladándolo al contexto de India, diríamos meditar.

Seguro que en algún momento de tu vida oíste el significado de Namasté. Una traducción aproximada sería: Mi divinidad saluda la divinidad que vive en ti.

Si dentro de nosotros habita la divinidad, existe un compromiso de nuestra parte (o debería existir dicho compromiso) por respetar qué cosas llevamos a nuestro cuerpo (alimentos, bebidas) y qué cosas escuchamos y asimilamos (insultos, reclamos).

Elizabeth es una mujer segura de sí misma, exitosa, apasionada, pero esos deslices de la vida, sumado a las palabras de su ex esposo, la llevaron a creer que todo era su culpa, por eso le era muy complicado conectar con su corazón y con el infinito amor de Dios. En un momento logra liberarse de todo. La escena descrita por la autora es impresionante. Si leen el libro, verán por qué.

Liberarte de esa carga equivale a reconciliarte contigo mismo y eso permite darle un nuevo rumbo a tu vida.

Una vez terminada su estancia por India, Elizabeth va a encontrarse con un curandero en Indonesia. Este capítulo lo llama: Amar.

¿Se enamora del curandero? No, se enamora de otro personaje muy pintoresco.

En este capítulo hay una serie de detalles interesantes acerca de la cultura en ese país, lo bueno, lo malo y lo feo. Cosas que normalmente no encuentras en enciclopedias ni en guías de viaje.

Allí también conoce a Wayan, una mujer curandera que sugiere que lo único que le falta a Elizabeth para hallar equilibrio en su vida es un hombre que la quiera y la valore.

Es muy chévere la forma en que se van creando lazos entre Wayan y Elizabeth al punto de llegar a considerarla como una hermana.

En Indonesia aprende otra forma de meditación  para complementar su búsqueda de equilibrio. Ketut, el curandero, es quien le muestra toda esa sabiduría.

¿Qué podría decirles de este capítulo? Es la cerecita del pastel. En este punto ella fluye en muchos sentidos. Lo más espectacular es la forma en que movilizó a todos sus amigos por una noble causa. Me hizo recordar un poco a la película "Cadena de favores".

Fue super loco cuando Ketut le leyó la mano a este hombre que muestra interés en Elizabeth y le dice algo como: "El es hombre bueno, como él hay pocos". Con eso disipa las dudas de la autora y comienza a fluir una relación.

Todos los capítulos tiene la misma extensión, pero por alguna razón el último se siente más soft.

Como ya es costumbre en Hollywood, de todo best seller se hace una película y este caso no fue la excepción. Aquí les dejo el trailer, a ver qué les parece. A mí no me gustó, porque sentí que no captó la esencia del libro.




Bien estimados, tienen 2 opciones ver la peli o leer el libro. Es su decisión, pero no pierdan la oportunidad de conocer la visión de la felicidad dada por esta autora.

Un gran abrazo.



























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